martes, 16 de febrero de 2010

SEGUNDO DÍA DE RODAJE: 27-12-2009

Lo dicho. No se trata de un segundo día de rodaje. En realidad, se trata de una gran, uniforme y densa masa de rodaje, dividida en, llamémosle, descansos, en su mayoría comprendidos de siete de la mañana (del día siguiente, by the way) hasta las 12 del mediodía, esa hora en la que, o bien se come, o bien se va a misa. Yo, para mayor información del lector, no hago ni lo uno ni lo otro. Y así he salido. Por ello no puedo cagarme en la religión. No como.
Bien. El equipo se despertó a las 12 del mediodía (de hecho, hubo un pre-levantamiento, y no precisamente militar, en el que Justo Alijarde, dueño del garito nazi, llegó a la casa para: 1) traernos provisiones, como termalgines y tal, y 2) comprobar que su garito estaba en orden. como no lo estaba, se fue, y nos dejó a merced de un dios superior: la mala suerte). Los primeros, los que dormían a sus anchas en el salón: el director y el productor/cámara, a los que les sonó el móvil a ritmo de "La Comunidad". Tras dirigirse a la habitación donde dormía el resto del equipo bajo un espeso olor a MUERTO, los intentaron despertar. Respuestas, se reproducen a continuación: insultos, gritos, peluches lanzados a la cabeza y gruñidos...sólo por parte de los tres o cuatro que los escucharon.
Cuando se consiguió poner a la peña en marcha, se recordó que sólo se habían rodado las escenas del baño (es decir, ni un tercio del corto), y que en dos días se tenía que rodar una escena desde un exterior y todo el resto, en la habitación, llamada en este blog a partir de ahora, del pánico.
Por la mañana, sólo se rodó esa escena, en la que el personaje de Raúl, en un ataque violento, estampa una bandeja contra una mesa. Por su puesto, esa escena de diez segundos, que finalmente nos llevó toda la mañana, no está en el montaje final, por supuesto.
Después de comer arroz a la cubana, en unos platos de plásticos derretidos por el calor del huevo frito, y una espesa argamasa de croquetas reventadas y quemadas (a partir de aquel día, ese plato pasa a formar parte de la gastronomía corriente de Botorrita), se comenzó a rodar (échale las 5 o las 6 de la tarde) en la habitación del pánico. Había que rodar todas las escenas en las que Ainoa estaba atada a la silla, y además ensangrentada, en esa tarde y en el único día que quedaba. Un martirio, en definitiva.
Los primeros diálogos entre Raúl y Ainoa, los primeros lloros, los primeros auxilios...
El resto del día transcurrió sin novedad. Algo más tarde que los Lunnis, nos fuimos a la camita a eso de las siete de la mañana del día siguiente, como ya habíamos hecho el día anterior. Nadie se imaginaba la que se nos echaba encima...

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