Son días extraños, en los que se intenta no asociar el término inventado "apocalipsis cinematográfica" a las reuniones de pre-producción de "¡Sácame de mi!".
Por la mañana, directora de arte, directora de fotografía y productor (seguro que me dejo a alguien, ya perdonareis) se reunieron e Botorrita para montar escenario, mientras el direcor ayudaba a su tía a plegar sábanas (literalmente, ¿eh?).
Por la tarde, reunión en casa del director, donde aún quedan cacharros sin fregar del día anterior (esta jornada no viene a cuento, ya que nada tiene que ver con el corto). No obstante, TODO EL EQUIPO decide que er Míguel no tiene la casa lo suficientemente desordenada. ¿Solución? ¡PONERLA PATAS ARRIBA! ¡DESORDENAR LAS SILLAS! ¡METER EL SECADOR EN EL LAVABO (no lo recojáis con cuidado...¿para qué?)! Eso es...¿para qué? Para no hacer nada. El director se vuelve loco, saca una pistola de petardos...no se adelanta nada, y el equipo entero está invitado a la clausura del Festival de Cine de Zaragoza en el Auditorio.
PS: ese día sirivó para hacerse fotos con Tristán Ulloa y demás gente ilustre (no contamos la borrachera del productor/cámara Eduardo Pellicer, que cogió por la noche en el bar Mañana...lo de siempre...¿para qué?
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